miércoles, 9 de marzo de 2016

Las doce reglas del exito




UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN GERENCIA
SEMINARIO AVANZADO EL GERENTE COMO LÍDER EMPRESARIAL




 



Autores:
Msc. Néstor Rivas
Msc. Naily Rivas
Facilitador:
Dr. Edgar Gomez


Marzo 2016

Coaching y el Liderazgo Empresarial.



El creciente uso de la expresión business coaching o coaching empresarial, ejecutivo o gerencial refleja la fuerza que el aprendizaje de ésta meta competencia estratégica está adquiriendo también en nuestro medio. De hecho muchos ejecutivos de avanzada, no iniciados en la jerga de ésta disciplina se interesan cada vez más en conocer su significado, utilidad e importancia. No menos intensa es la inquietud de ellos acerca de como se aprende o domina ésta meta competencia gerencial. Éste artículo pretende tanto satisfacer éstas necesidades e inquietudes como servir de iniciación en el tema.

El Coaching es la actividad que lleva a cabo un coach con un coachee o grupo de coachees. La palabra coach es muy utilizada en el campo deportivo. En nuestro medio se la asocia a entrenador, pero la expresión va mucho más allá de eso. No todo entrenador tiene competencias de coach, aún cuando le resultaría muy útil tenerlas y usarlas, para poner a valer al máximo a su(s) entrenados(s). Esto es extensivo en todos los campos a todo profesor, instructor, etc. que desee adquirir maestría en el arte y ciencia de la facilitación dinámica de procesos individuales y/o colectivos de aprendizaje. Y a todo empresario, directivo, ejecutivo o gerente que desee lograr éxito colectivo, esto es un muy alto desempeño grupal con prosperidad y felicidad.

Coaching es literalmente la actividad que lleva a cabo un cochero, para llevar a un pasajero en un coche especial a un lugar mutuamente convenido. Al cochero lo podemos asociar con un coach, conductor, guía, líder, entre otros. Al pasajero lo podemos asociar con un coachee, pasajero, guiado, entre otros. Al coche especial lo podemos asociar con los medios especializados que el coach utiliza, para intentar llevar al coachee al lugar convenido (o situación que mutuamente se desea alcanzar). Al coaching lo podemos asociar entonces con la actividad conducente a lograr el avance o desplazamiento del coachee hacia la situación deseada. El grado de éxito del coaching se mide tanto por el grado en que se logra el avance o desplazamiento buscado como por el grado de sostenimiento de dicho avance en el tiempo: los grados de avance y sostenimiento dependen tanto del coach como del(os) coachee(s).

El destacado coach de nuestro prestigioso Galárraga, no necesita ser él mismo un campeón del béisbol, para ser un excelente coach: lo que importa es que él sea capaz de ver las fortalezas y debilidades de Galárraga y hacérselas ver a él en relación con las oportunidades y amenazas que conjuntamente puedan visualizar en el entorno presente y futuro, para ver como lograr lo que Galárraga quiere lograr y mantener en alto lo ya logrado y que le interese sostener (evitando dormirse en los laureles: primer síntoma de anquilosamiento). Nadie puede lograr que un caballo tome agua si él no quiere tomarla. Nadie puede enseñar nada a nadie que no quiera aprender: no hay profesores que enseñen sino alumnos que aprenden (los seres humanos somos sistemas de información cerrados, Maturana).

El Coaching Gerencial

El ejecutivo o gerente para convertirse en coach gerencial requiere adquirir maestría en aquellos aspectos que más allá de sus competencias técnicas y gerenciales le habiliten como business coach en un contexto de liderazgo transformador de grupos humanos: esto es liderazgo de sistemas humanos configurados por seres humanos, cultural y emocionalmente interrelacionados, por múltiples y muy complejas redes conversacionales verbales y no verbales que intentan lograr objetivos individuales y colectivos.

Un gerente, candidato a líder transformador, requiere tanto entender a fondo lo que esto significa como también aprender a ejercer influencia idealizada, generar motivación inspiradora, lograr estimulación intelectual, y prestar consideración individualizada. De allí que al gerente para actuar como coach en un contexto de liderazgo transformador no le basta con incrementar sus competencias puramente lingüísticas o cognitivas necesariamente perfectibles sino que requiere además dominar competencias emocionales y corporales que le faciliten a él y a los grupos a cargo alcanzar situaciones de óptimo desempeño individual, grupal y organizacional, conducentes al logro de elevados niveles de prosperidad y felicidad.

La felicidad a diferencia de cualquier otra finalidad humana es un fin final: nunca es un medio para otro fin, es el único fin en si mismo. De allí la necesidad del ejecutivo de lograr incluso confortabilidad espiritual: claridad y tranquilidad. Esto implica no eludir los aspectos éticos relacionados con los valores: a la inversa, implica afrontarlos con fuerza, valentía e ingenio (en concordancia con todos y cada uno de los demás aspectos organizacionales relevantes: símbolos, sistemas y estructuras, personas y competencias, y asignación de responsabilidades y recursos).

Los atributos gerenciales, para ejercer liderazgo con éxito, son hoy mucho más exigentes que los de antes: las exigencias que demanda el cambiante entorno son ahora mayores y muy diferentes, como lo es el tipo de liderazgo utilizable y lo que él involucra. Mucho más allá de los enfoques progresivos de benchmarking, calidad total y mejoramiento continuo de procesos y productos que han desvaído imágenes y disminuido márgenes y de aquellos más recientes como coopetencia e hipercompetencia, contradictorios entre sí- nos encontrábamos en un mundo global de tecnología informática e innovación radical en productos y negocios que generaba imágenes distintivas y márgenes sin parangón, en tiempo record aparentemente sí, y en forma notable, y por lo menos durante un largo tiempo. Pero probablemente el nuevo tipo de confrontaciones en curso generará también nuevos desafíos y nuevas maneras de afrontarlos con éxito, de todo lo cual esperamos que toda la humanidad salga fortalecida y beneficiada.

Lo que no cambiará es que para alcanzar y mantener un éxito sostenido no basta con tener persistencia y deseos de lograrlo, es necesario también tener un hilo conductor, un modelo, una guía. La acción conduce con más calidad, efectividad y eficiencia esto es productividad al logro del éxito buscado si se dispone de una visión sistémica de lo que se quiere alcanzar en diferentes entornos, pero lograrlo requiere disponer además de una guía, para trascender el pasado y desde el presente diseñar, construir y recorrer un camino y un proceso, para alcanzar y formar parte del porvenir deseado pese a los escollos previsibles y no previsibles. Sin un método, para afrontar la complejidad de los negocios actuales grandes, medianos o pequeños ella nos puede sobrellevar y convertir en improvisados bomberos apaga fuegos, más preocupados de resolver lo urgente que ocupados de acometer lo importante: innovar radicalmente en la manera de hacer negocios liderando con éxito a la gente, creando capital humano e intelectual.

El líder estratégico dispone hoy de más y mejores herramientas, instrumentos, técnicas, conceptos, sistemas y filosofías gerenciales, más adaptables a diferentes entornos y situaciones. Entre ellas predomina el enfoque de Gerencia Estratégica que sintetizando más de 10 escuelas de pensamiento (Mintzberg) pretende hacer de los gerentes estratégicos gerentes más exitosos: son más exitosos los que más frecuentemente logran los objetivos que se plantean.

El Coaching Gerencial aislado de otras competencias gerenciales no rinde los frutos esperados, cómo muchas personas han podido apreciar a través de su experiencia en programas de coaching con débil barniz en lo referente a gerencia, liderazgo, estrategia, y negocios. En cambio el business coaching en un contexto de gerencia estratégica genera efectos sinérgicos sorprendentes.

Hacer avanzar a una persona, grupo u organización, desde la situación en que se encuentra a la que desea alcanzar es un problema estratégico mayor: no es posible lograrlo sin un diseño estratégico ingenioso impecablemente llevado a cabo que indague perspicazmente en el entorno del coachee y en el coachee mismo. Ello implica tomar en consideración tanto las oportunidades y amenazas derivadas de las eventuales movidas de aliados, oponentes e indiferentes como de las fortalezas y debilidades derivadas de las competencias y recursos del propio coachee frente a ese entorno y según él se da cuenta o no de ello y actúe o no en consecuencia con o sin la contribución de su coach.

Un gerente que quiera actuar como coach, pero que no disponga de competencias organizacionales, estratégicas y de liderazgo adecuadas o suficientes, no podrá hacerle ver al coachee todo lo que sería deseable y que haría viable su avance hacia la situación deseada: probablemente basará su actividad de coaching en la superación y desarrollo personal del coachee, sin esperanza alguna de hacerlo salir victorioso en el complejo y a veces cruel e inmisericorde campo de batalla organizacional es posible que incluso algunos coaches sin experiencia en negocios anulen las bienvenidas inquietudes competitivas de sus coachees e incluso debiliten sus sanos propósitos de gobernabilidad objetando sus iniciativas tendientes a lograr el control de los procesos a cargo, con ejemplos traidos de los cabellos, en el campo de los negocios.

A la inversa un gerente ostensiblemente experto en gerencia y estrategia de negocios sin formación en coaching puede ignorar todo lo relativo al manejo efectivo y emocionalmente inteligente de las personas a cargo y no obstante su prestancia ejecutiva y glamour estratégico anular la iniciativa y creatividad de estas personas, generando unos niveles de desidia o stress, individuales o grupales, dañinos y contraproducentes en el logro de lo que se persigue, sin provecho para nadie.

Por otro lado, el liderazgo transformador no es tan sólo el paradigma en boga en cuanto liderazgo sino el único que permite medir instrumentalmente el grado en que mejora el desempeño y el grado de satisfacción de líderes y liderados. Adicionalmente se ha demostrado que permite lograr niveles de desempeño y satisfacción en más alto grado que las diferentes modalidades de liderazgo transaccional (en base a recompensas que generan refuerzo contingente positivo o negativo: gerencia por excepción activa o pasiva), o de liderazgo de laissez-faire (estilo en el que no se toman decisiones, las acciones se postergan, las responsabilidades en cuanto a liderazgo se ignoran, la autoridad no se usa). En todo caso la práctica mundial muestra que todos los grandes líderes utilizan en diferentes situaciones diferentes mezclas de todos ellos.

La formación en business coaching o coaching gerencial -en un contexto de gerencia estratégica y liderazgo transformador- amplía en forma importante las competencias del gerente, ejecutivo o directivo, para afrontar estratégicamente el liderazgo de personas, grupos y organizaciones, con la finalidad de mejorar radicalmente los niveles de desempeño y satisfacción. Ellos implica lograr una situación de óptimo desempeño individual y colectivo, a través de potenciar las competencias en gerencia estratégica y aprender nuevas competencias lingüísticas, emocionales, y corporales, junto con otras de carácter integrador: competencias en comunicación, en coordinación de acciones y en liderazgo transformador.

Todo esto con el propósito de lograr un mejor desempeño y una mayor satisfacción, estimulando un mayor grado de compromiso, participación y lealtad con menor stress y pese a las eventualidades e incluso, según las circunstancias, intentar reforzar o cambiar la cultura y política organizacional, en forma más participativa o más directiva.

El ejecutivo o gerente para convertirse en coach gerencial requiere adquirir aspectos que van más allá de sus competencias técnicas y gerenciales que le habiliten como business coach en un contexto de liderazgo transformador de grupos humanos: esto es en el liderazgo de sistemas humanos configurados por seres humanos, cultural y emocionalmente interrelacionados, por múltiples y muy complejas redes conversacionales verbales y no verbales que intentan lograr objetivos individuales y colectivos.


Msc. Nestor Rivas

Referencias.

Juran, J. (1990). Juran y el Liderazgo para la Calidad Total. Manual para Ejecutivos. Ediciones Díaz de Santos, S.A.

Roman JD & Fernández M. (2008). Liderazgo y Coaching. Editorial Librosenred.

Liderazgo y Habilidades Gerenciales



La gestión empresarial hoy en día es un tema muy importante y resulta interesante cómo el liderazgo en conjunto con una buena gestión es lo que conlleva al éxito dentro de la organización y por supuesto es lo que resulta estar presente en los mejores mercados enfrentando los caminos de la globalización y prospectiva estratégica que se plantee en la empresa.
 

Ahora bien, entendemos por gestión la asunción y ejercicio de responsabilidades sobre un proceso, es decir, sobre un conjunto de actividades, lo que incluye: la preocupación por la disposición por los recursos y estructuras necesarias para que tengan lugar; la coordinación de sus actividades y correspondientes interacciones; la rendición de cuentas ante el abanico de agentes interesados por los efectos que se espera que el proceso desencadene (Fantova, 2005).
 

Los fines del liderazgo incluyen obtener resultados a través de otros, y los medios del liderazgo incluyen la capacidad de construir equipos cohesivos y orientados a las metas. Los buenos líderes son quienes construyen equipos para obtener resultados entre una variedad de situaciones (Hogan, Curphy y Hogan, 1994).
 

De acuerdo a las anteriores definiciones podemos decir, que lo ideal para el éxito de una empresa es el trabajo conjunto de la gestión y del liderazgo, es decir, sus objetivos vayan de la mano para obtener las metas deseadas, sin embargo, existen empresas que tienen un buen liderazgo, pero carecen de una buena gestión, y también se presenta de manera viceversa, es aquí en donde nos damos a la tarea de revisar en conjunto dónde está la causa-raíz del problema cuando la gestión y liderazgo no están dando los resultados que la empresa tiene como prioridad.
 

El empleado, sin importar su nivel en el organigrama de la empresa, es el factor más importante dentro de ella, es quien debe tener un alto grado de compromiso y responsabilidad de sus funciones dentro de la organización, son los empleados quienes determinan en gran medida a los buenos o malos resultados, y es así cómo se mide el índice de productividad y efectividad empresarial. Con lo anterior, en ocasiones el empleado no se siente identificado con la empresa y por ende no está dando su máxima capacidad para realizar las acciones que requiere el éxito de una buena gestión y liderazgo.
 

Los cuestionamientos surgen cuando nos preguntamos: quién o quiénes, qué y por qué, son las determinaciones de verificar éstos buenos o malos resultados, sabemos que los ejecutivos o empleados de primer nivel son los principales promotores de un buen desempeño, son quienes deben poner el ejemplo en alto, no obstante también viene el lado de la motivación y satisfacción al sentirse identificado con la visión de la organización.
 

El liderazgo se presenta en tres aspectos muy importantes: el líder, los seguidores y la situación, donde el líder tiene la habilidad de identificar y comprender las situaciones donde se debe presentar el liderazgo e influir en otros para lograr las metas deseadas, desarrollando las habilidades gerenciales para realizar una buena gestión. Es importante mencionar que el líder convierta a los seguidores en líderes, con ello se coadyuva a actuar y tomar decisiones en una situación de conflicto. El líder y los seguidores deben estar en constante comunicación de lo que sucede en la empresa, cuando se presenten situaciones que deben ser corregidas es cuando se debe poner mucha atención por parte de los encargados del o los departamentos de la organización.
 

Corresponde al liderazgo crear una estrategia que permita la organización triunfar, crecer, prosperar y vencer a la competencia. En una economía sin fronteras, la pregunta ¿cuál es nuestra estrategia y cuáles son las estrategias de nuestros competidores? Debe, como la pregunta ¿cuál es nuestra actividad fundamental?, formularse y responderse a menudo porque la estrategia tiene que derivarse de la realidad competitiva de la empresa (Hesselbein, Goldsmith, & Beckhard, 2004).
 

De antemano sabemos que en tiempos de crisis se debe poner mayor hincapié en el buen ejercicio del liderazgo, regresamos ahora a la concepción que la situación hace al líder, de ésta manera una buena planeación y el seguimiento de cada uno de sus objetivos es lo que conlleva a desarrollar las habilidades gerenciales. Cuando la competitividad se encuentra frente a nuestra empresa debemos reforzar el liderazgo y trabajar en metas medibles, alcanzables y orientadas a resultados potenciales.
 

Una vez definido liderazgo y gestión, se tiene una ardua tarea de realizar las actividades y funciones con alta responsabilidad y compromiso, es muy importante realizar un autodiagnóstico de nuestras fortalezas y debilidades, y nuestras oportunidades y amenazas para conocer a fondo dónde es que se tiene que trabajar. Día a día nos encontramos con incertidumbre, para esto es necesario crear diferentes alternativas a seguir como líderes que somos, vivimos en un país, lleno de muchos grandes proyectos a realizar para hacer más competitivos y ricos no sólo en infraestructura, industria, comercio y turismo, sino en lo más importante, en el recurso humano, cada vez debemos ser más responsables de nuestras acciones para convertirnos en una sociedad líder llena de retos y con prospectiva estratégica bien definida.
 
Msc. Naily Rivas


Referencias.

 

Fantova, F. (2005). Manual para la gestión de la intervención social. Políticas, organizaciones y sistemas para la acción. Madrid: CCS.
 

Hesselbein, F., Goldsmith, M., & Beckhard, R. (2004). El líder del futuro. España: Deusto.
 

Hughes, R. L., Ginnett, R. C., & Curphy, G. J. (2007). Liderazgo. Cómo aprovechar las lecciones de la experiencia. (Quinta ed.). México: Mc Graw Hill.

martes, 8 de marzo de 2016

Liderazgo en tiempo de crisis: Oportunidad de crecer






Los chinos hablaban en un refrán antiguo que las crisis eran oportunidades, como una forma de motivar o conectar el hecho que los seres humanos que viven un proceso de crisis, puedan buscar dentro de ellos, junto con el apoyo externo tangible o intangible, una oportunidad de poder encontrar soluciones, y se recibe de las formas más extrañas y sutiles.

¿Cómo ejercer el liderazgo en esos momentos? Puede decirse que el liderazgo es el conjunto de capacidades que un ser humano tiene para influir en un conjunto de personas, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos; ahora, ¿Cómo podría “autoliderizar” para equilibrar mis pensamientos y emociones en un momento de crisis?

Si se fijan, el último ideograma de “crisis” es el primero para “oportunidad”. En cada crisis hay una oportunidad. Esto se aplica, por ejemplo, en la lucha activista por la libertad en Internet, o a la crisis que está viviendo la industria del entretenimiento del cine con las copias, o incluso cualquier país de Latinoamérica, donde observamos una crisis de valores, manifestada por síntomas de crisis en lo institucional, político, económico y social, y si lo llevamos al plano personal: una desilusión amorosa, la desintegración familiar, el no alcanzar un objetivo o un sueño, nos refleja que estamos en una crisis.

Aunado a esto, en muchas ocasiones es difícil ver la oportunidad, o resulta más cómodo no buscarla, pero si no la buscamos nosotros, alguien lo hará. En la lucha por las libertades es incluso deseable que las cosas estén muy mal; eso abre auténticas puertas para luchar, aunque se haga contra fuerzas muy superiores. Jamás hay que menospreciar el tesón humano de aquellos que buscan la verdad (aunque no estén en posesión de ella).

Cuando una organización enfrenta tiempos adversos enfrenta problemas adaptativos para poder superarlos. Enfrenta el reto de hacer cambios radicales en muchos de los hábitos y prácticas organizacionales. Esto requiere modificaciones profundas en el comportamiento de muchas personas dentro de la organización. Una característica importante de muchos problemas adaptativos es la dificultad del diagnóstico y otra es la dificultad de encontrar soluciones. Aquellos casos en que no se llega a entender qué es lo que está pasando ni por qué son los más difíciles. Son casos en que el primer reto es el de encontrar el diagnóstico. La tarea del liderazgo gerencial en períodos de crisis consiste en crear dentro de la organización una nueva cultura: nuevos valores, nuevas normas, nuevas creencias, y, especialmente, nuevos patrones de comportamiento. Como líder, tu oportunidad de colocar en orden, tus pensamientos y emociones, ante la adversidad, es una manera de alinear tu energía interna hacia un objetivo mayor: La toma de consciencia o el aprendizaje que está disponible para mí en esa situación.

En nuestro país, en estos tiempos de estancamiento económico y de pérdida de empleo, muchos pensarán que es mejor intentar proteger la situación en la empresa y no tener demasiada visibilidad. Lo contrario es la mejor forma de actuar. Estando la situación como está, es más importante ser considerado como alguien que resuelve problemas y no los crea y ser considerado como alguien al quien los jefes pueden acudir para tomar temas. Esa es la mejor forma de asegurar que uno se mantiene fuera de las listas de los despedibles. Para mejorar la productividad personal y el liderazgo efectivo se debe aplicar lo siguiente:

1.La responsabilidad: La eficiencia no se puede lograr sin asumir la responsabilidad de las acciones.

2.La capacidad: donde destaca que es más eficaz mejorar los puntos fuertes que mejorar las debilidades de uno. Por eso se recomienda buscar los trabajos que se ajustan a los puntos fuertes de uno y recomienda hacer todo lo posible para desarrollar las habilidades necesarias para el puesto.

3.La automotivación: y advierte que disfrutar del trabajo no asegura la eficacia. La auto-motivación, la describe con los siguientes elementos:
  • Dedicar el esfuerzo necesario para lograr resultados 
  • Reducir o eliminar lo que desanima  
  • Hacer el trabajo lo más útil posible  
  • Mantener una actitud positiva  
  • Ser ambicioso y aprovechar nuevos desafíos  
  • Ser tenaz y perseverante
4. La autogestión, que destaca cómo mejor hacerlo efectivo con los siguientes elementos:

  • Tener objetivos claros 
  • Tener los recursos necesarios  
  • Tener autonomía y el control sobre la toma de decisiones
5. La simplificación. Simplificar significa centrarse en lo realmente importante y, sobre todo, se debe ser realista.

Msc. Nestor Rivas.


Referencias.

Adair, J (2009). Liderazgo y Motivación La regla del cincuenta-cincuenta. Editorial Gedisa, S.A

Robin, S. (2013). El líder que no tenía cargo. Editorial Debolsillo.

Walter, I. (2013). Steve Jobs Lecciones de Liderazgo. Editorial Debate