martes, 8 de marzo de 2016

Liderazgo en tiempo de crisis: Oportunidad de crecer






Los chinos hablaban en un refrán antiguo que las crisis eran oportunidades, como una forma de motivar o conectar el hecho que los seres humanos que viven un proceso de crisis, puedan buscar dentro de ellos, junto con el apoyo externo tangible o intangible, una oportunidad de poder encontrar soluciones, y se recibe de las formas más extrañas y sutiles.

¿Cómo ejercer el liderazgo en esos momentos? Puede decirse que el liderazgo es el conjunto de capacidades que un ser humano tiene para influir en un conjunto de personas, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo en el logro de metas y objetivos; ahora, ¿Cómo podría “autoliderizar” para equilibrar mis pensamientos y emociones en un momento de crisis?

Si se fijan, el último ideograma de “crisis” es el primero para “oportunidad”. En cada crisis hay una oportunidad. Esto se aplica, por ejemplo, en la lucha activista por la libertad en Internet, o a la crisis que está viviendo la industria del entretenimiento del cine con las copias, o incluso cualquier país de Latinoamérica, donde observamos una crisis de valores, manifestada por síntomas de crisis en lo institucional, político, económico y social, y si lo llevamos al plano personal: una desilusión amorosa, la desintegración familiar, el no alcanzar un objetivo o un sueño, nos refleja que estamos en una crisis.

Aunado a esto, en muchas ocasiones es difícil ver la oportunidad, o resulta más cómodo no buscarla, pero si no la buscamos nosotros, alguien lo hará. En la lucha por las libertades es incluso deseable que las cosas estén muy mal; eso abre auténticas puertas para luchar, aunque se haga contra fuerzas muy superiores. Jamás hay que menospreciar el tesón humano de aquellos que buscan la verdad (aunque no estén en posesión de ella).

Cuando una organización enfrenta tiempos adversos enfrenta problemas adaptativos para poder superarlos. Enfrenta el reto de hacer cambios radicales en muchos de los hábitos y prácticas organizacionales. Esto requiere modificaciones profundas en el comportamiento de muchas personas dentro de la organización. Una característica importante de muchos problemas adaptativos es la dificultad del diagnóstico y otra es la dificultad de encontrar soluciones. Aquellos casos en que no se llega a entender qué es lo que está pasando ni por qué son los más difíciles. Son casos en que el primer reto es el de encontrar el diagnóstico. La tarea del liderazgo gerencial en períodos de crisis consiste en crear dentro de la organización una nueva cultura: nuevos valores, nuevas normas, nuevas creencias, y, especialmente, nuevos patrones de comportamiento. Como líder, tu oportunidad de colocar en orden, tus pensamientos y emociones, ante la adversidad, es una manera de alinear tu energía interna hacia un objetivo mayor: La toma de consciencia o el aprendizaje que está disponible para mí en esa situación.

En nuestro país, en estos tiempos de estancamiento económico y de pérdida de empleo, muchos pensarán que es mejor intentar proteger la situación en la empresa y no tener demasiada visibilidad. Lo contrario es la mejor forma de actuar. Estando la situación como está, es más importante ser considerado como alguien que resuelve problemas y no los crea y ser considerado como alguien al quien los jefes pueden acudir para tomar temas. Esa es la mejor forma de asegurar que uno se mantiene fuera de las listas de los despedibles. Para mejorar la productividad personal y el liderazgo efectivo se debe aplicar lo siguiente:

1.La responsabilidad: La eficiencia no se puede lograr sin asumir la responsabilidad de las acciones.

2.La capacidad: donde destaca que es más eficaz mejorar los puntos fuertes que mejorar las debilidades de uno. Por eso se recomienda buscar los trabajos que se ajustan a los puntos fuertes de uno y recomienda hacer todo lo posible para desarrollar las habilidades necesarias para el puesto.

3.La automotivación: y advierte que disfrutar del trabajo no asegura la eficacia. La auto-motivación, la describe con los siguientes elementos:
  • Dedicar el esfuerzo necesario para lograr resultados 
  • Reducir o eliminar lo que desanima  
  • Hacer el trabajo lo más útil posible  
  • Mantener una actitud positiva  
  • Ser ambicioso y aprovechar nuevos desafíos  
  • Ser tenaz y perseverante
4. La autogestión, que destaca cómo mejor hacerlo efectivo con los siguientes elementos:

  • Tener objetivos claros 
  • Tener los recursos necesarios  
  • Tener autonomía y el control sobre la toma de decisiones
5. La simplificación. Simplificar significa centrarse en lo realmente importante y, sobre todo, se debe ser realista.

Msc. Nestor Rivas.


Referencias.

Adair, J (2009). Liderazgo y Motivación La regla del cincuenta-cincuenta. Editorial Gedisa, S.A

Robin, S. (2013). El líder que no tenía cargo. Editorial Debolsillo.

Walter, I. (2013). Steve Jobs Lecciones de Liderazgo. Editorial Debate


Inteligencia Emocional para lideres empresariales






Hablar de inteligencia emocional en las áreas de liderazgo, sobre todo en la empresarial es necesario, también es justo para reconocer fallos con las relaciones diarias entre supervisor y supervisados. Debemos recordar, que el ser líder no es una cuestión de cargo, es una situación con factores que influyes tú en quiénes están bajo tu dirección; donde debes ser un poco el psicólogo, el administrador, el entrenador, el ejemplo, el pragmático y el comprensivo.

Parecen muchas responsabilidades para un mismo cargo, aunque, tenemos que pensar que nosotros nos hemos ganado estar allí, porque tenemos capacidad de dirección, control y administración, por tal situación eres el líder y como tal, debes aprender cada día más sobre mejorar las relaciones interpersonales con tu equipo de trabajo, clientes, proveedores, entre otros. A continuación se describe una serie de factores, que si eres líder de equipo, empresario o emprendedor, vas a enfrentar en tu día a día y para las cuales se debe estar preparado, con los 5 puntos de la inteligencia emocional.

1. Reconocimiento y aceptación de las emociones: Consiste en tomar conciencia en determinados momentos, procesarlas mentalmente y aceptarlas sin ocultarlas, disimularlas o auto engañarse fingiendo otros sentimientos. Si se siente temor, ofuscación, nerviosismo o exceso de confianza, lo mejor es profundizar en su comprensión.

2. Manejo de las emociones propias: No podemos evitar la tristeza, la alegría, el amor, la indignación, o el miedo, pues forman parte de nuestra naturaleza; aunque si podemos encauzar nuestra reacción a su presencia. Si un directivo siente frustración por su poca efectividad, puede activar su inteligencia y decidir qué hacer con esa emoción. Al agregar dominio de su pensamiento programará una respuesta alineada con sus metas, sin dejarse boicotear por sus sentimientos, sino usándolos a su favor.
3. Motivación para actuar: Toda persona, tiene en potencia, los recursos para salir adelante; no obstante algunas no recurren a ellos. Doris Martin y Karen Boeck afirman: “los buenos resultados requieren cualidades como la perseverancia, disfrutar aprendiendo, tener confianza en uno mismo y ser capaz de sobreponerse a las derrotas.” Quienes confían en sus capacidades permanecen en control de sí mismos y son más determinados a levantarse antelas caídas, sin enfadarse o redirigir culpas hacia otros.

4. Empatía: Consiste en entender las emociones de los demás y para eso es vital renunciar a los juicios de valor, la indisposición a los sentimientos ajenos o el creer que se posee el monopolio de la verdad y del talento. “Leer” neutralmente a quienes nos rodean, es el puente que permite cultivar la quinta y última aptitud para agregar inteligencia al manejo de las emociones.

5. Gestión de las relaciones: Al ser capaces de reconocer, interpretar y respetar las emociones propias y las ajenas, aumentan las posibilidades de sostener relaciones efectivas y de calidad con otras personas. Incluso, en competencias empresariales, es posible salir airosos si se trabaja conscientemente la relación mental y emocional con la competencia. Esto es inteligencia emocional, saber valorar las emociones y resolver consecuentemente a través de ellas, las distintas situaciones que se nos presentan.

“El ingrediente más importante en la fórmula del éxito, es saber cómo entenderse con la gente”. T. Roosevelt.


Msc. Naily Rivas


Referencias.

Abarca, N. (2000) Inteligencia Emocional en el Liderazgo. Editorial El Mercurio-Aguilar.
 
Goleman, D. (2003) Liderazgo. El Poder de la Inteligencia Emocional. Editorial Ediciones B.

Goleman, D. (2015) Como ser un lider. Editorial Ediciones B.